En los cálidos días de verano, donde las horas pasan tranquilas mientras podemos relajarnos en la playa, un bonito capazo que nos ayude a llevar nuestras cosas, resulta un complemento perfecto.
Yo elegí uno, no demasiado grande, lo justo para llevar la toalla, las gafas y un libro... son comodisimos y muy bonitos, pero, como es verano, quizá con un toque de color, podemos mejorarlo sensiblemente.
Divertido, práctico y bonito, lo tiene todo!
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